Lo que pretende esta entrada no es, ni mucho menos, destripar estos libros. Simplemente pretende, a fin de cuentas, demostrar que la vida tiene sus remansos. Que no todo son picos de euforia. Que para encontrar el grano tienes que separar mucha paja y que, quizás debido a eso, los frutos recolectados adquieren un valor mayor.
Estos dos libros son libros de paso. Libros de una lista que se elabora con hiatos. Una lista que, mal que me pese, he de ir subrayando como si fuera una condena.
Los vagabundos del Dharma, ya está escrito por ahí abajo, se me atragantó por gula. Una bulimia de letras que llevaba en mi campanilla desde Nueva York y que una vez aquí, en la rutina de las calles de ida y vuelta al lugar de trabajo, se tapona e impide siquiera el vómito. Por eso lo he renovado tres veces. Plazo máximo y fastidio para seguidores de Kerouac que fueran religiosamente a la biblioteca a buscarlo.
En fin. El libro podría haberme engatusado más. Reconozco que contra él se vencen varios factores que pueden ser definitivos: haberse leído antes ‘On the Road’ y que te pille en un estadio menos místico que un palulú.
Los Vagabundos… es un remake de Siddhartha en clave new age. Es la iluminación del occidental en busca de experiencias nuevas. La saciedad del que tiene de todo. Si Siddhartha podría ser el aperitivo de púberes sensiblones y alternativos que anhelan el viaje del despertar, este va para los algo experimentados. Sus puntos flojos: en lugar de Neal Cassidy es un tal Japhy, místico de tres al cuarto que recomienda mirar a las estrellas cuando ruge el estómago. Tiene mucho de viaje interior, pero le falta el punto canalla de enrolarse en camiones y acabar en tugurios bebiendo bourbon, conocer mujeres de ralo pelaje o pelearse con otros viajeros.
Así las cosas, se puede considerar el paso de un Kerouac punk a un Kerouac jipi. Y la verdad es que sale perdiendo. Pierde gracia, ironía y maldad, que es lo que alimenta a la literatura.
Por otro lado, y resumiendo, está el último manual de Punset. Una enciclopedia de la vida en trescientas páginas que a fuerza de acercar la ciencia al pueblo soberano adquiere niveles irrisorios.
Punset pretende hacer una radiografía de cada uno de los aspectos que más acosan al ser humano: comportamiento amoroso, necesidad económica, orden social… y termina revelando cómo se produce la fotosíntesis o que si tu ambiente es violento y de desprecio tienes bastantes papeletas de convertirte en agresivo y drogota.
Eso sí, está bien eso de leer de vez en cuanto un libro con guiones, como si fuera de texto. Así parece que has vuelto al cole. ¿Y quién no querría volver a esas clases de natu y soci con tantos dibujos en color y deberes como poner un garbanzo en un yogur?