Archivos del mes: 13 agosto 2010

Prohibir para la libertad.

El gobierno se queja de la reducción del precio en el tabaco de liar por parte de las compañías para captar fumadores:

«El ministerio no puede hacer nada contra la libre competencia». Qué bonito. Qué democrático. Viva Elena Salgado y su preocupación por el bien común.

En realidad, lo que estaba pensando es «Cómo narices les subo yo ahora las tasas a mis amiguitos empresarios». Todo en nombre de la sanidad, claro. De la sanidad y de la democracia, por supuesto. Porque igual de democrático es permitir que cada uno fije el precio adecuado para su producto abonando impuestos que aprobar una ley en contra de los pequeños hosteleros que ven cómo su negocio se va a pique sin fumadores. Aquí está clara una cosita sin mucho interés ni resuello: cada uno hace lo que quiere, pero nosotros te decimos lo que quieres.

¿Que votas en contra de la Constitución Europea? Tranquilo, repetimos las elecciones tantas veces como sea necesario o, en el peor de los casos, nos acatamos a la mayoría, que (paradógicamente) ha sido afirmativa.

¿Qué dices «no» a la prohibición de fumar en espacios PRIVADOS (en mayúsculas, porque lo público ya sabemos que le pertenece a las corporaciones, y al final lo privado va a ser lo único donde se tenga capacidad de elección)? Pues nos enfadamos y proponemos otra ley hasta que no te quede más remedio que aceptarla o cerrar el chiringuito.

Al final vamos a desear que llegue el día siguiente para poder echar unas caladas en la puerta del curro. Criticando, a nuestras anchas, a jefes y compañeros.

Porque esto del libre comercio está muy bien, salvo por una pequeña corrección: no es libre. Decir «comercio» junto a «libre» es como, recordando a Groucho, encadenar «inteligencia» con «militar». Si fuera libre- como lo somos los ciudadanos dignos y participativos de este «Estado del bienestar»- no habría dobleces: lo estipularía el Estado, que para eso somos todos. Pero no. Parece que la ministra y demás defensores del sistema prefieren jugar a las dobles tintas y al progresismo de postín.

Un buen momento.

Que las catástrofes naturales sean verídicas no quiere decir que el reportaje se acerque del todo a esa realidad o se reduzca a la crónica fácil desde el burladero.

Los desaparecidos en la India, como los ahogados por el tsunami o los sepultados por los terremotos, son- afortunadamente- una excepción. Una excepción, no obstante, a tener en cuenta y, qué duda cabe, con la que solidarizarse. Sin embargo, el mensaje que tratan de mandarnos no es el del dolor de los familiares o la desgracia de las víctimas sino del miedo hacia lo desconocido. El de que nuestras vacaciones sean responsables. Que mantengamos la salud para el comienzo de una nueva temporada laboral y descansemos para volver con ganas al tajo.

Tenéis lo que os merecéis, parecen decirnos. Algún osado puede salirse del redil levantino y tomar un vuelo al trópico, pero mirad lo que les ocurre. No vayan, favorezcan nuestro turismo: total, las compañías de vuelos se financian gracias a los extranjeros.

Y así es como entramos en la rueda alarmista gobierno-medios de comunicación-vecindario. Las noticias se convierten en rumores y los rumores, como todo el mundo sabe, en verdades científicas. Y se consolidan los estamentos con los que Florentinos, Joan Gaspares y demás constructores y hoteleros se relamen las comisuras de los labios edificando costas y cercando el espacio de contacto con el nativo.

La responsabilidad es un logro, no un imperativo. Si el low cost ha conseguido encoger el mundo, que por lo menos agrande nuestros horizontes.

La culpa es de ellas.

Eso es lo que piensa el cuarenta por ciento de los hombres: que las culpables de la violencia machista son ellas. Olé. Seguro que es porque no les dejan ver el fútbol tranquilos o porque la sopa estaba fría. Claro, que también hace falta preguntar al bando femenino qué opina, para tener su parte. Porque seguro que, en el caso contrario, ningún integrante del sexo masculino dudaría de imputar al hombre como culpable. Pero bueno, encuestas aparte, la noticia del verano no es- ni más ni menos- que la visita de la Primera Dama estadounidense, Michelle Obama, a algunos pueblos de la provincia de Málaga. No es nada nuevo compararlo con el famoso «Bienvenido Mr. Marshall» de Berlanga y la obscena reverencia ante el poder, eludiendo los tercos golpes de cabeza de Piqué a Bush. Y es que, si utilizáramos como introducción una cámara entrando impúdicamente en este trozo de tierra presentándonos a los lugareños, tendríamos que pedir permiso a las prisiones para grabar a los alcaldes o a los jeques para entender su economía. Y deberíamos suprimir- no por absurda sino por realista- la explicación (ausente) de los cambios municipales: el tartamudeo o la sordera de Pepe Isbert no serían una caricatura sino un calco del panorama actual.

El síncope de la Academia.

Empezamos quemados. El mercurio fluye cenital y el riego no llega al cerebro. Sudor y quejido se apoderan del Estado mientras una apoplejía embota el sentido colectivo. De nuevo, un bramido arrullador ha empitonado la ‘eurocracia’. También a las ‘oenegé’, por vez primera. Así reza la RAE, que con sus casi tres mil actualizaciones hiere ‘alguna sensibilidad social de nuestro tiempo’: la mía, en contra de su dogma.

La modernidad se ejecuta por sistema. Se acepta por derecho, porque nadie atiende a estos. Los bardos de la Lengua se enfangan con esta m-i-e-r-d-a y obedecen ritmos transgénicos. Dar cera, pulir cera nos abrió la puerta laxante desde oriente, y por sistema unas bayas tibetanas con forma de cayena deshielan impuras por la nívea loza, por su exceso de mercurio (además de plomo, cobre y cadmio).

Moderno y flamante posmoderno consiguen ciclar el diccionario en términos de doping, furtivos en el curso natural de la vida. Los miembros de la Academia conceden y sellan desde la poltrona, sin buscar otras vertientes al margen de tendencias. ¿Por qué me hierve la sangre?

Estoy en Ponferrada, fría como el metal y ardiente como el carbón. Se expele de su nombre. En medio de la canícula apetece zambullirse en la pisti. Entre tanto ‘cultureta’ y lector de ‘libro electrónico’ tropiezo con especies no recogidas por los académicos, despreciadas por obsoletas: el pepito-piscinas (en su versión proteína) y el opositor a cáncer de piel. Vigorexia y tanorexia no aparecen en el Diccionario. Hoy, cuando el bronceador cumple 75 años y la RAE vuelve a renovarse. ¡Vaya dos chinchetas para la poltrona!